Cuerda de presas

Cuerda de presas, de Jorge García y Fidel Martínez (Astiberri)

La recuperación de la memoria histórica es uno de los grandes temas que la Transición a la democracia en España no afrontó. La muerte del dictador en la cama pospuso el debate hacia el futuro, pero 40 años después la sociedad española en su conjunto aún no ha afrontado esta cuestión. La derecha político-mediática acusa a la izquierda de reabrir heridas del pasado y en muchas ocasiones ha conseguido imponer su visión parcial de la memoria. Por fortuna, en los últimos años, muchos han sido los artistas e intelectuales que han tratado de dar a conocer nuestra historia. El cómic ha tenido un papel importante en esta labor, y con Cuerda de presas  Jorge García y Fidel Martínez consiguieron crear uno de los momentos culminantes de esta corriente.

A diferencia de otras obras reseñadas anteriormente como Un largo silencio, Yo, René Tardi El arte de volar en las que la implicación de los autores era directa, ya que narraban las vivencias de sus padres en la Segunda República y la Guerra Civil o en la Segunda Guerra Mundial; Cuerda de presas retrata las cárceles franquistas de la inmediata posguerra y la represión que padecieron miles de mujeres, las habituales grandes olvidadas de la Historia. García y Martínez utilizan historias cortas para crear un reflejo general del mundo carcelario de los años 40, y de esta manera nos permiten observar diferentes cárceles y situaciones muy diversas, que en conjunto denuncian la barbarie franquista de forma global.

El cómic está compuesto por once historias diferentes, aunque entre algunas de ellas existe cierta continuidad. Cada una tiene un enfoque diferente, pero todas tienen en común la crudeza con que narran las terribles experiencias que padecieron miles de mujeres en los años iniciales de la posguerra. La realidad de las cárceles de la época se entremezcla con los recuerdos de algunas de las protagonistas, que décadas después aún sufren las consecuencias de sus castigos.

La diversidad de historias permite acercarnos a la historia desde diferentes perspectivas: la vida cotidiana en las cárceles, el papel de las autoridades y de las religiosas que generalmente las dirigían, los terroríficos traslados o la explotación laboral de las prisioneras son algunos de los temas tratados con maestría por Jorge García y Fidel Martínez.  Además de los hechos en sí, son especialmente interesantes los silencios y los momentos de reflexión, ya que las historias nos interpelan directamente y en muchos casos hacen que nos estremezcamos.

A nivel gráfico, el trabajo de Martínez es fantástico. El blanco y negro permite crear una atmósfera claustrofóbica que funciona perfectamente como metáfora del encierro de tantas mujeres. El trazo, aparentemente sencillo, crea personajes con mucha expresividad, que transmiten de forma excelente sus sentimientos. Por momentos el dibujo me ha recordado a Miguel Gallardo y a Javier Olivares, aunque el estilo de Fidel Martínez es muy característico.

Cuerda de presas es otra de esas obras que debería postularse como lectura obligatoria en la educación secundaria. La Historia ha dejado en muchas ocasiones a las mujeres en un segundo plano y la historiografía sobre la guerra civil y el franquismo no ha sido una excepción. Aún viven auténticas heroínas como Neus Català o Maria Salvo que deberían tener una calle en cada pueblo, pero que no han recibido el reconocimiento que merecen. El cómic de Jorge García y Fidel Martínez puede realizar un gran papel en este sentido, ya que por un lado saca a la luz una realidad muchas veces olvidada, cuando no silenciada, y también es un homenaje a toda una generación de mujeres que lucharon por la libertad y contra el fascismo y pagaron por ello un alto precio.

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