Sally Heathcote. Sufragista

Sally Heathcote. Sufragista, de Mary Talbot, Bryan Talbot y Kate Charlesworth. (La Cúpula)

La lucha de las mujeres por conseguir el derecho a voto es uno de esos episodios que suele aparecer como un breve o como una actividad complementaria en los libros de texto. Ante esto, desde que empecé a dar clases de Historia, siempre he tratado de resaltar la importancia de este hecho fundamental en la historia del siglo XX. En mi anterior blog escribí un texto (en catalán) en el que resumo el largo camino hacia el sufragio femenino. En una época en que damos el voto de las mujeres por descontado y en que nos llenamos la boca con la palabra igualdad cuando aún vivimos en una sociedad en que las mujeres sufren discriminación en muchos ámbitos, la publicación de Sally Heathcote. Sufragista es una gran noticia.

Mary M. Talbot, académica muy reconocida en temas de género y que está vinculada al mundo del cómic a través de su marido, el dibujante británico Bryan Talbot, es la guionista de la obra. El dibujo corre a cargo de Kate Charlesworth y del propio Bryan Talbot. Juntas decidieron crear una obra que reflejara la lucha del movimiento sufragista británico, las suffraggettes, en los años inmediatamente anteriores a la Primera Guerra Mundial.

Uno de los elementos más interesantes del cómic es la creación de una protagonista ficticia, Sally Heathcote, que permite a las autoras recrear desde dentro el movimiento sufragista. Por tanto, en un claro homenaje a la multitud de mujeres anónimas que se implicaron activamente en el movimiento, este cómic no es una biografía al uso de una de sus grandes figuras. Sally, una chica de clase trabajadora de Manchester, entra a trabajar en el servicio doméstico de Emmeline Pankhurst, fundadora de la Women’s Social and Political Union (WSPU). Su contacto constante con las mujeres que están luchando por conseguir el sufragio femenino hace que Sally se vaya implicando cada vez más en su lucha.

La acción se inicia a finales de los años 60 con una Sally Heathcote ya anciana que recuerda sus días de lucha, pero rápidamente las autoras nos trasladan a la Inglaterra de inicios de siglo. Mediante continuos flashbacks y flashforwards asistimos a los momentos cumbre de la lucha de las sufragistas. La aparición de las figuras más destacadas del movimiento y sus disputas internas afectan directamente a la vida de la protagonista, que además sufre el brutal machismo de la época en su vida cotidiana.

El pacifismo que practican las sufragistas en la primera etapa de su lucha no consigue ningún resultado efectivo y, a pesar de las tensiones que provoca en su seno, la WSPU apuesta por la acción violenta como método reivindicativo. Su forma de llamar la atención de unas élites políticas que las desprecian y las humillan es atacar la propiedad, el elemento más sagrado en la Inglaterra de la primera década del siglo pasado. Los ataques a escaparates o a las casas de algunos líderes políticos acaban derivando en acciones directas contra los responsables de la discriminación que sufren las mujeres.

Ante esta escalada, la represión por parte de los sucesivos gobiernos es brutal. Las luchadoras sufren un trato execrable por parte de la policía y muchas de ellas son enviadas a la cárcel, donde su situación es terrible. Su respuesta es clara: huelgas de hambre; la lucha sigue. Pero el gobierno no cede y las alimenta por la fuerza, de la manera más cruel imaginable. Aún así estas auténticas heroínas modernas no desfallecen.

La mayor parte de la sociedad, incluidas muchas mujeres, está muy influida por la visión que muestran los medios de comunicación, hecho recogido también en el cómic. Sally Heathcote es testigo y sufre en primera persona los ataques tanto policiales como de numerosos hombres contrarios a la igualdad política. Las autoras nos ponen en la piel de Sally y sus compañeras y asistimos, en primera persona, a momentos espeluznantes.

La llegada de la Primera Guerra Mundial supone un punto de inflexión para el movimiento, ya que la tensión entre el pacifismo y el patriotismo y la implicación de las mujeres inglesas en la retaguardia del conflicto hacen cambiar mucho las cosas. Los recuerdos de Sally Heathcote ilustran una lucha frecuentemente ignorada, como muestra el pasotismo de su nieta ante la posibilidad de ir a votar por primera vez.

El apartado gráfico del cómic está, también, a un nivel altísimo. El uso del blanco y negro dota a la obra de la atmósfera gris de la época y permite recrear con gran veracidad los escenarios en los que se sitúa la acción, con un gran protagonismo del Londres eduardiano. Las composiciones de página, como se puede observar en las imágenes anteriores son tremendamente sugerentes, especialmente cuando la acción se escapa de los marcos de las viñetas.

Pero el toque mágico se lo da el uso del color. El cabello pelirrojo de Sally hace al personaje inconfundible, como sucede con el abrigo violeta de Emmeline Pankhurst, y además facilita el seguimiento de la acción, ya que permite distinguir a los principales entre la multitud de personajes femeninos. La recreación de las insignias y los folletos de la WSPU, siempre con el violeta y el verde acompañando al blanco, dotan de verosimilitud y le dan mucha fuerza a la lucha de Sally Heathcote. Por último, vale la pena fijarse en las portadas de las diferentes partes en que las autoras dividen la obra y en las páginas de periódico y las cartas que hacen de Sally un personaje histórico en un contexto perfectamente construido.

Sally Heathcote. Sufragista es una novela gráfica que te atrapa y que consigue trasladarte a un periodo de la historia reciente decisivo para comprender el mundo en el que nos ha tocado vivir. Los anexos, que incluyen una completa cronología de la lucha del movimiento sufragista y las completas notas con las traducciones de todos los lemas, pancartas y panfletos son la guinda del pastel. Además, por si aún tenéis dudas, podéis echar un vistazo a las primeras páginas del fantástico trabajo que han realizado los Talbot y Charlesworth. Esta es una de esas obras que entran en el selecto grupo de cómics que deberían ser de lectura obligatoria en la educación secundaria.

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