El invierno del dibujante, de Paco Roca (Astiberri)
Después del apabullante éxito de Arrugas, Paco Roca volvió a conquistar el favor de público y crítica con El invierno del dibujante, su particular homenaje a toda una era de la historieta española: la época de la Editorial Bruguera. Fue en 1957, en pleno franquismo, cuando cinco de sus dibujantes más importantes (Conti, Cifré, Escobar, Giner y Peñarroya) trataron de establecerse por su cuenta, con la creación de la revista Tío Vivo. Éste es el episodio con el que Paco Roca consigue retratar el mundo del cómic en la Barcelona de los 50.
En esa época los autores padecían una situación muy complicada, ya que los contratos establecían que los personajes y todas sus creaciones eran propiedad de la editorial y ellos tan sólo recibían un sueldo, más o menos digno, a cambio de su trabajo. Ante esta situación, los protagonistas de la obra decidieron cambiar las cosas con la creación de una nueva revista dirigida a un público más adulto y en la que ellos tuvieran el control total.
A finales de los años 50, en una España controlada férreamente por el régimen, que unos trabajadores de una de las industrias culturales más importantes de la época crearan una cooperativa fue algo revolucionario. Aunque finalmente el nuevo proyecto no obtuvo el éxito deseado, al menos sirvió para mostrar a los propios dibujantes su valor; y a los empresarios del sector, que tenían que mejorar las condiciones de sus trabajadores.
Paco Roca narra las vivencias de este grupo mediante flashbacks y flashforwards, y para resaltar la estructura temporal del cómic utiliza el color. Las cuatro franjas temporales en que el autor valenciano divide la acción cuentan con páginas de un color distinto. Gracias a este recurso, sabemos en qué momento de la historia se sitúan las viñetas que estamos leyendo.
Además del mundo de la historieta, también es protagonista de la obra la Barcelona de los años 50. Para representarla lo más fidedignamente posible, Paco Roca se sirvió de diversos recursos: las fotografías de Català Roca; las películas de la época y los primeros programas de televisión. Gracias a estas fuentes y a la observación directa de la ciudad, en la que aún quedan vestigios de las décadas de los 50 y 60, el autor valenciano fue capaz de recrear este periodo concreto de la historia de la capital catalana.
En definitiva, El invierno del dibujante es una novela gráfica esencial para comprender la evolución del sector editorial del cómic en España, y además, es un muy buen retrato de las relaciones laborales durante el régimen franquista y de la Barcelona de la posguerra. Una gran lectura.
Una obra inolvidable para amantes del cómic. Para releer.
Totalmente de acuerdo. El trabajo de Paco Roca es fantástico, qué gran homenaje a una generación de dibujantes.