Patos

Patos, de Kate Beaton (Norma Editorial)

Canadá es un país enorme y, por tanto, con una gran diversidad. Poco tienen que ver las grandes ciudades como Toronto o Vancouver, tan cercanas a la frontera con Estados Unidos, con las grandes extensiones árticas del norte del país o con las accidentadas regiones costeras. Una de estas zonas es Nueva Escocia, en la Costa Atlántica, lugar de procedencia de la autora de Patos. Su Cape Breton natal era tradicionalmente una zona pesquera, pero en las últimas décadas el declive del sector ha provocado una gran despoblación. La falta de oportunidades impulsa a buena parte de la gente joven a emigrar a otras regiones del país en busca del sustento económico.

La metáfora del título del cómic es clara, ya que Kate Beaton tuvo que emigrar en busca de un trabajo que le permitiera devolver el préstamo que había pedido para estudiar en la universidad. La dibujante tenía 21 años cuando se fue a las arenas petrolíferas del norte de Alberta, un lugar donde los sueldos eran altos y donde en poco tiempo podría saldar su deuda. Lo que no esperaba es cómo esta experiencia le iba a cambiar la vida.

Las arenas petrolíferas son un lugar aislado con temperaturas gélidas y con una desproporción brutal entre hombres y mujeres, ya que por cada mujer hay 50 hombres trabajando allí. Estas circunstancias generan unas relaciones machistas, violentas y un clima de total impunidad. La cultura de la violación y cómo la joven Kate Beaton y algunas de sus compañeras toman conciencia de la situación es el gran eje narrativo del cómic.

La extensión del cómic, más de 400 páginas, también permite a la dibujante canadiense reflexionar ampliamente sobre otras cuestiones. El impacto medioambiental de la industria petrolífera, las pésimas condiciones laborales de los y las trabajadoras del sector, la lacra de los préstamos estudiantiles y la privatización de las tierras de los pueblos originarios son algunos ejemplos. Todo ello está narrado de una forma muy fluida, con testimonios y anécdotas que permiten que la lectura sea muy ágil.

Gráficamente es una obra brillante, donde la caricatura y el esquematismo de los personajes se combinan a la perfección con el realismo de los escenarios. Los desolados paisajes, los vehículos industriales y los escasos momentos de belleza se entrecruzan y Kate Beaton consigue crear una atmósfera muy especial. Es clara la influencia de la obra de Guy Delisle, pese a que Beaton transita sus propios caminos. Aunque en un primer momento me sorprendió un estilo tan aparentemente ligero para tratar cuestiones tan profundas, a medida que iba leyendo me daba cuenta de que era la forma perfecta de crear un relato autobiográfico tan potente.

Por último, solo quería comentar que pese a que es un cómic de un precio bastante elevado, en mi opinión la cuidada edición y la trascendencia del contenido hacen que Patos sea una obra totalmente recomendable. Pese a que lo narrado transcurre hace prácticamente dos décadas, plantea cuestiones de total actualidad y por ello creo que es un cómic tan interesante.

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