Valerosas 1. Mujeres que solo hacen lo que ellas quieren, de Pénélope Bagieu (Dibbuks)
Tradicionalmente la Historia ha dejado de lado a la mitad de la población mundial. Más allá de algunas figuras reivindicadas universalmente, la Historia ha sido escrita por hombres y para hombres. Las mujeres que habían llevado a cabo grandes gestas han sido generalmente olvidadas, cuando no ocultadas, y la escasez de referentes que provoca esta situación ha tenido graves consecuencias para las siguientes generaciones. En 2018 y pese a los avances en este ámbito que se han producido en los últimos años, aún queda una gran labor por hacer. Por ello es una gran noticia que Pénélope Bagieu haya creado Valerosas. Mujeres que solo hacen lo que ellas quieren y que esta obra haya gozado del favor del público y de la crítica.
Pénélope Bagieu inició un blog en el periódico Le Monde donde narraba en forma de breves cómics la vida de mujeres que habían tenido vidas destacadas, en el sentido más amplio de la palabra. Su tarea consistía en documentarse sobre ellas y tratar de glosar sus biografías en viñetas. Se alejaba de los grandes nombres conocidos por casi todos – Marie Curie, Virginia Woolf o Frida Kahlo, por poner algunos ejemplos – para rescatar del olvido a figuras femeninas que tenían un muy escaso reconocimiento público. No se trataba tanto de buscar grandes revolucionarias que hubieran marcado el devenir de la humanidad, como de centrarse en mujeres que se alejaron de la vida que supuestamente les tocaba vivir. En este sentido, el subtítulo del cómic es explícito: Mujeres que solo hacen lo que ellas quieren.
Antes de hablar de las protagonistas de este primer volumen, es importante resaltar que la selección abarca desde el siglo IV antes de nuestra era hasta la actualidad; que la autora francesa ha incluido a mujeres de los cinco continentes y que, por tanto, existe una amplísima diversidad temática. La labor de documentación ha sido excelente y la capacidad de síntesis de Bagieu es excepcional, puesto que en seis páginas es capaz de narrar con gran acierto vidas complejas y apasionantes. Otro valor añadido es que la dibujante no ha tratado de dulcificar sus biografías y los momentos brillantes se muestran junto a los más oscuros. Asimismo, son muy interesantes las reflexiones históricas incluidas en los textos de apoyo, con comentarios afilados sobre el olvido o la tergiversación histórica que han padecido estas grandes mujeres.
En este primer volumen, Pénélope Bagieu narra las vidas de quince mujeres y todas son realmente interesantes, pero hay algunas historietas que brillan con luz propia y que no resisto la tentación de comentar: Margaret Hamilton, la actriz que encarnó a la terrorífica Bruja del Oeste en El mago de Oz; las hermanas Mirabal – Las mariposas – que lucharon hasta las últimas consecuencias contra el dictador Rafael Trujillo en su República Dominicana natal y que se convirtieron en un símbolo de libertad; Annette Kellerman, nadadora, actriz y creadora del primer traje de baño pensado para bañarse y no para esconder el cuerpo de la mujer; Josephine Baker, bailarina, miembro de la Resistencia francesa y luchadora por los derechos civiles en los Estados Unidos; Leymah Gbowee, activista en la lucha contra la violencia machista, ganadora del Nobel de la Paz y trabajadora social indesmayable; y por último, Wu Zetian, la primera y única emperatriz de China, que llevó a cabo reformas formidables en su reino.
Todas ellas, así como el resto de protagonistas de Valerosas, se enfrentaron a los cánones sociales de sus respectivas épocas, pese a las dificultades y las presiones que recibieron. Todas son un ejemplo y estoy convencido que si hubieran sido hombres serían conocidas mundialmente. Por este motivo, la labor de Bagieu tiene un gran valor y convierte a esta obra en una lectura imprescindible, que debería llegar a todas las aulas. La escasez de mujeres que aparecen en los libros de texto y su papel secundario en los grandes relatos historiográficos tienen funestas consecuencias y perpetuan estereotipos muy nocivos para la sociedad.
El apartado gráfico del cómic también es excelente. La aparente sencillez esconde un gran uso del color y un gran dominio de los recursos narrativos del medio. A consecuencia del formato original, las composiciones de página son muy sencillas, pero, pese a ello, el ritmo es tremendamente fluido. La expresividad de los personajes y el uso de multitud de elementos gráficos – caricaturas, esquemas, mapas, etc. – junto con los textos de apoyo consigue transmitir una gran cantidad de información, de manera que la brevedad del formato no va en detrimento del contenido. Por último, es imposible no destacar las maravillosas ilustraciones a doble página con las que concluye cada uno de los capítulos, realizadas exclusivamente para la versión impresa. Solo por observarlas con calma vale la pena hacerse con el cómic.
Cada vez más autoras aportan su visión sobre el pasado y eso influye también en los temas que abordan. Si Ana Penyas nos hablaba sobre sus abuelas – y las nuestras – en Estamos todas bien, Pénélope Bagieu nos habla de mujeres que todos y todas deberíamos conocer. En las próximas semanas escribiré sobre el segundo volumen, que incluye las biografías de otras quince mujeres. La frescura con la que están narradas las biografías, la calidad del dibujo y el extra que suponen las ilustraciones convierten a Valerosas en una de las mejores obras publicadas en 2017.
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