Atar Gull o el destino de un esclavo modélico, de Nury y Brüno. (Dibbuks)
La trata de esclavos tuvo unos efectos devastadores en el continente africano. Los cálculos más conservadores hablan de unos 15 millones de víctimas, – aunque hay estudiosos que las cifran en 60 millones -, hecho que provocó un desastre demográfico y social sin precedentes. La colonización fue un periodo dramático para buena parte de la población africana, y en muchos casos, sus efectos aún se dejan notar; pero las consecuencias de la trata fueron mucho más profundas y duraderas.
Atar Gull está basado en la novela homónima del novelista francés Eugéne Sue, publicada en 1831. En aquella época, la novela causó una gran polémica, ya que denunciaba la esclavitud y el inmenso negocio que ésta generaba. El cómic, con guión de Fabien Nury (guionista de Érase una vez en Francia, entre otras obras), y dibujo de Brüno, se centra en la historia de Atar Gull, príncipe de un pueblo del África occidental que fue capturado, vendido y llevado a Jamaica para trabajar en una plantación. Mediante su periplo, podemos observar cómo funcionaba el negocio de la trata de esclavos, desde su inicio en las costas africanas hasta su fin en las plantaciones caribeñas.
Atar Gull es capturado por un pueblo enemigo del suyo y es vendido al capitán Benoit por un oscuro intermediario holandés. El viaje hacia las costas caribeñas es muy accidentado y Atar Gull, junto con el resto de esclavos que intentan sobrevivir en las bodegas del barco, son capturados por el pérfido Brulart. Tras un breve regreso a África para conseguir aún más beneficios, Brulart pone rumbo a Jamaica. Por el camino deberá hacer frente a los ataques de una goleta inglesa y seremos testigos de las horribles condiciones que sufrían los esclavos en estos viajes.
Una vez en Jamaica, Atar Gull es comprado por Tom Will, uno de los mejores amos de la isla. Allí, Atar Gull realizará todas sus tareas con gran eficacia y recibirá un trato relativamente digno por parte de su amo; pero un hecho bastante habitual en las plantaciones afectará de manera brutal al príncipe africano. Desde ese momento, Atar Gull sólo tendrá en mente una cosa: la venganza.
El cómic trata muchos temas importantes en relación a la Historia de África. En primer lugar, desmiente el falso mito del africano pasivo, que solamente entró en la Historia cuando los europeos llegaron al continente y que no se opuso a la conquista. Los europeos no conquistaron el continente africano hasta el final del siglo XIX, y en muchos territorios no se adentraron hasta bien entrado el siglo XX, ya que se encontraron con una feroz resistencia. En el cómic queda muy bien reflejado cómo los intermediarios europeos se instalaron en la costa para comerciar con los gobernantes africanos, que eran los que vendían a sus prisioneros como esclavos. De estas guerras civiles africanas, los que sacaban un mayor provecho eran los europeos, pero los que llevaban a cabo las tareas más duras eran los habitantes de África.
En segundo lugar, los viajes transoceánicos eran terroríficos, ya que los negreros trasladaban su mercancía en unas condiciones inhumanas. El porcentaje de africanas y africanos que sobrevivían a estos viajes era muy escaso, como muestra con acierto el relato de Nury. Solo los más fuertes y los que gozaban de mejor salud eran capaces de resistir al tormento del barco. Una vez en las islas caribeñas, – en el cómic es Jamaica -, o en las costas americanas, los esclavos eran vendidos en mercados como si fueran animales de carga. La frialdad con la que los dueños de las plantaciones compraban y vendían a seres humanos era estremecedora.
Por último, el racismo, aún muy extendido en nuestros días, era una constante en las relaciones entre europeos y africanos. La llegada de los europeos al continente africano era presentada como una misión civilizatoria, que consistía en llevar la religión verdadera y el progreso a los bárbaros africanos. Bajo esta apariencia bienintencionada, se escondía el verdadero objetivo: la explotación económica.
La historia de Atar Gull se enmarca en este contexto histórico, que está muy bien recreado por los autores, pero el gran acierto de este cómic es su uso de los grandes temas de la naturaleza humana. El amor, el odio y la venganza tienen un papel central en la narración y los continuos giros del argumento atraen poderosamente la atención del lector. La ambigüedad moral de buena parte de los personajes consigue llevarnos a la reflexión sobre la capacidad del ser humano para hacer el mal y sobre la fina frontera que separa, en muchas ocasiones, el bien del mal.
El dibujo de Brüno es sorprendente, ya que durante las primeras páginas parece que está buscando el tono con el que plasmar el guión de Nury, pero a medida que avanza la historia, sus dibujos y su uso del color funcionan perfectamente. Un dibujo más realista quizás hubiera oscurecido aún más la trama, y en cambio, el trazo caricaturesco y los colores planos permiten un cierto alejamiento que beneficia al mensaje de denuncia del cómic.
En definitiva, Atar Gull es un cómic muy recomendable para quienes queráis conocer uno de los peores fenómenos de la historia de la humanidad.
Deja tu comentario