El silencio de nuestros amigos, de Mark Long, Jim Demonakos y Nate Powell (Planeta de Agostini)
La lucha por los derechos civiles es uno de los acontecimientos más importantes en la historia de los Estados Unidos del siglo XX. En una época en que se había derrotado al nazismo alemán y en que se había iniciado el proceso de descolonización, los EEUU aún tenían leyes que atentaban contra muchos de sus ciudadanos. El racismo y la discriminación que padecía la minoría negra eran el gran lunar del país autoproclamado Líder del mundo libre.
El silencio de nuestros debe su título a la famosa frase de Martin Luther King: «Al final, no recordamos las palabras de nuestros enemigos, sino el silencio de nuestros amigos». Está basado en los recuerdos del guionista Mark Long, y nos traslada a una época tan reciente como 1968, poco antes del asesinato de Luther King. De la mano de sus recuerdos y del muy interesante dibujo de Nate Powell asistimos a la conflictiva situación que se vivía en Texas, uno de los Estados del Sur en los que el racismo y la discriminación estaban más presentes.
El padre de Mark Long era periodista en San Antonio y fue trasladado a Houston para trabajar en una televisión local. Allí, la situación racial era muy tensa, especialmente en el entorno de la Texas Southern University – a la que asistían solo estudiantes negros -, y del Tercer Distrito, en el que estaban condenados a vivir, en unas condiciones muy duras, los afromericanos de la ciudad. Las protestas eran frecuentes y la represión policial era una constante.
A pesar de la segregación, el padre de Mark Long conoció y, posteriormente, trabó amistad con Larry Thomas, uno de los líderes del movimiento por los derechos civiles. Las dos familias, una blanca y la otra negra, realizaron ciertas actividades juntas, a pesar del estupor de los respectivos vecindarios. La narración gira en torno a esta relación y a los graves incidentes ocurridos entre la policía y los manifestantes; pero todo lo vemos a través de la mirada infantil del pequeño Mark Long.
Los hechos que aparecen en el cómic fueron realmente graves, ya que durante las protestas falleció un policía y cinco estudiantes fueron acusados de su asesinato, aunque finalmente quedaron en libertad sin ningún cargo. El padre de Mark Long estuvo presente y fue testigo de lo que sucedió, de modo que su testimonio fue fundamental en el juicio.
El cómic contiene muchos elementos que lo hacen realmente interesante. El trabajo de periodista del padre permite presentar la visión que ofrecían los medios de comunicación del conflicto racial; las actuaciones policiales son introducidas con gran realismo; y por último, la ambigüedad moral de ciertos sectores sociales está perfectamente reflejada.
En cuanto al dibujo de Nate Powell, es muy destacado su uso del blanco y negro, muy relacionado con lo que va narrando el cómic. En ocasiones funciona como un símbolo y es un elemento sobre el que vale la pena prestar atención. Algunos recursos que utiliza me han parecido muy atractivos: la aparición de la música y la televisión (como se observa en la imagen anterior); el uso de páginas de color negro en las escenas nocturnas; y algunas de las composiciones de página, que son muy innovadoras.
El silencio de nuestros amigos es un buen cómic, entretenido y muy emotivo. El contexto histórico está perfectamente reflejado y la introducción de muchos elementos autobiográficos funciona fantásticamente. Creo que es una lectura muy recomendable y permite conocer la lucha por los derechos civiles desde la óptica del norteamericano medio y no desde la de los grandes líderes mundialmente conocidos, hecho que resulta bastante novedoso.
En un momento en que ciertas visiones xenófobas vuelven a tener gran seguimiento, es muy importante la recuperación de la memoria de esta trágica lucha y de la gente anónima que se sacrificó por la libertad y la igualdad.
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