Hitler. La novela gráfica, de Shigeru Mizuki (Editores de Tebeos, Glénat)
Los horrores del nazismo y la vida de Adolf Hitler, de la que aún se desconocen algunos aspectos, han provocado un enorme deseo por conocer en profundidad al dictador alemán. El cómic no ha sido ajeno a este interés y el nazismo y, especialmente el holocausto y los campos de concentración han sido el eje de diversas obras. Lo que hace especial la novela gráfica de Shigeru Mizuki, publicada inicialmente por capítulos en una revista japonesa en 1971, es que se centra exclusivamente en la figura de Hitler. No es la biografía definitiva del dictador alemán, pero es una buena manera de acceder por primera vez a su historia.
Creo que es especialmente atractiva para lectores jóvenes, seguramente más acostumbrados a la estética manga, ya que resume a grandes rasgos el recorrido vital del líder nazi, desde sus inicios como pintor en Viena, su paso como soldado por la Primera Guerra Mundial o sus inicios en la extrema derecha, hasta su ascensión al poder absoluto en el III Reich. Es una obra sencilla de leer, que obviamente no hace un análisis complejo de la figura de Hitler, pero es muy útil para dar un repaso breve y entretenido a uno de los personajes históricos que más interés suscitan.
A primera vista, el caricaturesco dibujo de Mizuki parece que le resta credibilidad al relato; pero a medida que se empieza la lectura ésto no es así. El dibujo de los personajes, de aparente sencillez, contrasta con el realismo de los escenarios en que transcurre la acción, que están muy documentados. Con el uso de este mecanismo, Mizuki consigue combinar la veracidad histórica con la capacidad didáctica de la narración.
Es muy interesante observar cómo el autor japonés fue capaz de relatar toda la vida de Adolf Hitler en menos de 300 páginas, sin dejar de lado ninguno de los episodios más destacados. El primer Hitler, pintor fracasado en Viena, no encuentra su lugar en el mundo y empieza a coquetear con el nacionalismo alemán. Después participa en la Primera Guerra Mundial, conflicto que como muestra Mizuki, le marcó profundamente.
A continuación, el relato se centra en la etapa, seguramente, más importante para comprender cómo un personaje de la calaña de Adolf Hitler pudo llegar a tener en sus manos el destino de gran parte del mundo. Los contactos con los grupos de extrema derecha en Múnich, su participación en el golpe de estado fallido del 23, el paso por la cárcel, donde escribió su libro Mein Kampf, y el ascenso hasta el poder absoluto en el Partido Nacionalsocialista tienen un lugar destacado en la novela gráfica. Pero Mizuki también intenta reconstruir la vida privada del dirigente nazi, centrándose especialmente en la relación con su sobrina.
Los últimos capítulos del cómic están dedicados a la Segunda Guerra Mundial y a las decisiones militares de Hitler. En mi opinión, el único problema de la biografía es el poco peso que tienen el holocausto y los campos de concentración, que aparecen, pero de forma tangencial. El final, por todos conocido, con el suicidio del dictador en el búnker de Berlín, refleja acertadamente cómo debieron ser los últimos días de un Hitler ya completamente fuera de sí.
Por último, tan solo recordar que si buscáis una biografía de Adolf Hitler que analice en profundidad la vida y obra del protagonista, es mejor que busquéis una de las múltiples biografías que de él han confeccionado prestigiosos historiadores. En cambio, si queréis tener una visión general y entretenida de su biografía, Hitler. La novela gráfica es una gran opción. La recomiendo especialmente para estudiantes y profesores, ya que es un tema que siempre provoca fascinación y, generalmente, en los programas de estudios no tenemos suficiente tiempo para tratar este tema extensamente.
Está bien que, en cierto modo, acerquen la historia a partir de «medios tan novedosos» como los cómics.
pd. Te invitamos a pasarte por el blog. A una de nosotras le encanta la historia relacionada con Hitler y el nazismo, y pronto hablará de ello. Besos.
¡Muchas gracias! Sin duda, lo haré. Un beso